sábado, 3 de diciembre de 2011

El dentista de José Mota, o por qué algunos no aprecian su boca.

Hola a todos,
Hace unos días mi amigo Guillermo Badiola me envió un enlace a un video de youtube del programa de José Mota, era una parodia sobre los precios del dentista muy buena.

El vídeo "En el dentista con la abuela" presenta a José Mota sentado junto a la abuela de la familia mientras se cita con el dentista. El dentista en questión es el Dr. Eduardo Anitua, un dentista real para una situación casi real, ¡jajajajajaja! La verdad es que el bueno de Eduardo hace su papel perfecto.
José Mota le dice al Dr. Anitua que el quiere lo mejor para la abuela, que no va a escatimar. Anitua le responde que hoy en día existen los implantes y que colocan una serie de ellos se pueden hacer prótesis fijas que harán que su abuela pueda comer perfectamente de todo, bocadillos, chuletas, etc. ¿El coste? Unos 25.000€, José Mota pone cara de asterisco e inmediatamente le dice que no hace falta tanto, que su abuela ya no come bocadillos, que no le hace falta "matar moscas a cañonazos".
 Acto seguido le va dando otros presupuestos que José Mota considera exagerados. El Dr. Anitua no sabe ya que decirle y saca unos dientes de disfraz de vampiro, en este momento se me saltan las lagrimas, y le dice que comer, no va a poder comer con ellos, pero que por 1€ es lo mejor que le puede dar. José Mota sigue pensando que es mucho dinero gastado en la anciana y le dice si ha algo más, yo pensaba que había terminado aquí el repertorio del Dr. Anitua había acabado y de repente veo que saca una pajita. Si la señora no es de bocadillos ni de cuchara y solo tomará calditos y aire no le hace falta nada más. Al final la abuela se va con los dientes de Drácula y la capa de regalo.
La parodia es muy buena, pero con lo que no se queda la gente es que las parodias vienen de algo real y lo real es que en muchas ocasiones gente que se lo puede permitir, decide llevarse unos "dientes de vampiro" en vez de optar por la mejor opción. El tratamiento dental cuesta dinero, eso ya lo hemos tratado en otras entradas, pero sobre todo lo que cuesta es ganas de hacerselo y apreciar la boca como algo que nos permite hablar, comer, sonreir y relacionarnos (actividades nada desdeñables).
Alguno estará pensando que estoy loco, que solo se hacen tratamientos complejos los que tienen mucho dinero y la realidad es que en mi consulta trato gente de todos los estratos sociales, gente con mucho dinero y posición, y gente que limpia escaleras (actividad poco lucrativa pero totalmente respetable). Yo los trato a todos igual, porque el dinero no es la medida, el esfuerzo es la medida, porque hacen falta muchas ganas para hacerse tratamientos complejos y eso es lo que en realidad aprecio. El dinero es solo una consecuencia de la prestación de servicios que los dentistas brindamos a los pacientes que desean tratarse la boca.
La gente que no aprecia su boca no se la trata, y personas con un Mercedes-Benz, apartamento en la playa y al pie de las pistas de esquí, con la boca desecha hay muchas. Cuántos con muchos ceros en su cuenta corriente me han regateado el precio de un tratamiento o han optado por opciones más baratas y cuantos con situaciones más humildes pagan sin pestañear por tratamientos que mejorarán mucho su situación dental porque de verdad aprecian su boca.
No descuidéis vuestra sonrisa...

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